Desde otro prisma.

sábado, 6 enero 2024

Empezamos este 2024 hablando de perros.

 

Vamos a intentar reflexionar sobre uno de los motivos, a mi parecer, más importante para que se desarrolle de manera optima la comunicación entre humanos y perros.

 

Nuestra convivencia con estos animales viene desde mucho tiempo atrás, sin embargo, aunque tengamos muchas características en común, sobre todo en el plano social, tendemos a analizar su comportamiento desde un punto de vista humano, lo cual nos hace interpretar determinadas conductas de manera errónea u otorgándoles un sentido moral o consciente que para nada afecta o condiciona a nuestros amigos de cuatro patas.

 

 

Plantearse como ve el mundo el perro desde sus ojos nos enseña otra perspectiva, otra manera de analizar la realidad, su realidad, para así poder encontrar las herramientas adecuadas que transmitan lo que queremos, mejoren el vinculo y nos acerquen mas a los procesos que se dan lugar en la mente de nuestros perros al conocer, gestionar y superar nuevas experiencias en su día a día.

 

Por ejemplo: Si tu perro llega a una situación nueva donde la estimulación es elevada, como una presentación con otros perros o personas, puede desarrollar conductas, como puede ser montar o correr en círculos (entre otras), que a ti, desde un punto de vista humano te pueden parecer divertidas, poco preocupantes, o incluso positivas para el animal, pensando que esta alegre y a gusto y esta es su manera de expresarlo, sin embargo, este momento puede estar cargado de estrés, mala gestión emocional, comunicación fallida, señales de calma y en definitiva un mal rato que no ha sido gestionado ni superado de manera positiva condicionando al perro para próximas experiencias en un futuro. En definitiva, habrá aprendido a solucionar esas situaciones con conductas impulsivas que no ayudan en nada y todo asociado a unas emociones desbordadas.

 

Conocer a tu perro, trabajar el equilibrio emocional y la comunicación es imprescindible para acompañarle como un foco de referencia y seguridad.

Esto forjará una buena relación y os dará calidad de vida a ambos.

 

Estudiar sobre los instintos y trabajar sobre ellos. Adaptar el trabajo al carácter y la sensibilidad de cada animal. Buscar eso que le gusta hacer a tu perro. Observar, aprender, curiosear.

 

Querer mejor a un perro no pasa por humanizarlo. Nuestras necesidades y las suyas son muy diferentes. Que quieras darle capacidades humanas no es mejor que buscar en estos animales lo que realmente necesitan. La naturaleza y la vida no son como nosotros queramos que sean. Aprender y quererlas así es parte de nuestro trabajo.

 

El perro es un animal increíble, emocionalmente súper complejo y con el que puedes descubrir otra manera de entender la vida, mas simple pero más pura. Salvaje, dura y preciosa.

 

Dejemos que los animales lo sigan siendo y aprendamos a quererlos así.

 

Cambia tu prisma.