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El abandono de los perros de caza no para de repetirse en este pueblo y en tantos otros un abandono constante de perros de rehala. Las estadísticas que nos quieren hacer creer son ridículas y ni se aproximan al abandono real del que se hacen cargo tantas asociaciones.
No se trata de que el cazador sea malo y punto. Se trata de los casos reales que se encuentran de maltrato y abandono ligados a la caza en este país. Un negocio que mueve mucho dinero y en el que no interesan estos datos.
Aún así creemos que un control por parte de las autoridades sobre este problema debería ser inmediato, para atenuar un poco las causas de que estos perros acaben en la calle, muertos o viviendo una vida de agonía.
No se trata de decir no a la caza y ya está. Se trata de poner soluciones para que los animales que están a cargo de personas que realicen cualquier actividad ligada a ellos sean responsables y que ante todo, prime el bienestar animal.